sábado, 18 de abril de 2009
Post-desvelo.
Suelo contar anécdotas de mis desvelos, este es un post-desvelo. El desvelo es en sí un estado alterado. Aún no pierde sentido la palabra: desvelo, desvelo, desvelo, des velo. Combinado con el cansancio y el quehacer de la chompeta en tiempos tan intrincados, es puro mareo, me da cuerda y entonces son subidas y bajadas. Se dice que si cierra uno los ojos se duerme. Yo he dormido, dormitado, ya muchos días, siempre algo me despierta, siempre hay algo que hacer y cuando no, no puedo dejar de pensar, de dar brincos y estrellarme, la verdad es que me lleno de ansiedad, no me deja en paz. Recorro por horas las mismas frases, llego a las mismas conclusiones, horarios, siempre hay algo que hacer y en algún momento se cumplirá el plazo, el plazo me mantiene alerta y por no dormir y no vestirme como la gente, no salgo. Termino por incumplir sistemáticamente y por no dormir igual. Luego Estoy a Solas.