lunes, 23 de junio de 2008

Era mía tu carita de niño, sé que en otro tiempo fui dueña de esa sonrisa plena que ahora se asoma tímidamente entre el ansia de un abrazo y otros deseos frustrados. El tiempo pasa, los elementos de la circunstancia se acomodan diferente, no podemos volver al mismo lugar, nunca bañarnos dos veces en el mismo río. Lo nuestro ya fue. Tu gesto me es todo menos familiar, ni siquiera es el semblante del recuerdo, me es ajeno y lejano. Ahora tus ojos reflejan mi olvido, una pieza fuera de lugar. Cargan pancartas del pasado, de otra vida, de otra historia, una que contaba y regalé a un mendigo que encontré de paso.